Un profundo, jugoso y extenso conocimiento del medio sonoro contemporáneo sumado a un sofisticado, sensible y buen gusto musical, son algunas de las principales cualidades de Shutker como dj y productor. Pero aún hay más: es valiente, sabe jugar con emociones sintéticas y su envolvente apuesta electrónica contiene la siempre necesaria dosis de variedad y riesgo para procurar estados ideales de fascinación en movimiento.
A este artista alicantino –melomaniaco autodeclarado- solo se le notan los más de 20 años en cabina cuando él quiere; sabe mantener la efervescencia ilusionada del debutante que, en perfecta sinergia, con su maestría ineludible lo ubica en un lugar de privilegio dentro del mejor underground levantino y nacional. Su autodidacta dominio de estilos como el deep-house, el techno, el indie-tech, el house, el nu-disco, etc. es indiscutible, no en vano su progresión sonora tuvo su génesis en el post-punk, los ritmos industriales, etc. y esto se le nota muy en positivo. Sus sets desprenden una adorable oscura luz sintética, son un ejercicio de eclecticismo, calidad y, por supuesto, baile. Su exquisito cuidado del sonido es solo equiparable a lo moderno y aterciopelado de su libérrima selección musical, tan cerca y lejos de modas y modos. Como productor se mueve con destreza por lares deep-tech-houssies –elegante y melódico pero con pegada- con claros aromas berlineses y ese influjo de Detroit que dota a sus tracks de una consistencia, estilazo y fundamento más que interesante.